Desmigar el pan en trozos pequeños, machacar los dientes de ajo en el mortero con el pimentón, orégano un poco de sal y un poco de agua, echarlo en el pan y añadir más agua hasta que las migas queden empapadas, pero que no sobre nada de agua, dejar reposar un par de horas.
Cuando pasen las 2 horas, en una sartén poner 5 cucharadas de aceite de oliva, freír los pimientos troceados en pequeño con 2 dientes de ajo partidos solo a la mitad ya que el pimiento tarda un poco en freír y así no se queman los ajos y el pimiento coge su sabor, cuando estén fritos, echar a la satén el chorizo troceado, la morcilla sacada de su tripa y la panceta hecha tiras pequeñas, poner una guindilla partida a la mitad para que salgan las semillas, que es lo que da el picor, cuando ya esté todo pochado ir echando ahí las migas y dando vueltas y vueltas hasta que se suelten, tienen que quedar separadas y sueltas.
Se puede freír uno o dos huevos por comensales y ponerlos por encima, sería un buen plato único.